Por la ruta de “El Quijote” en un pueblo de la Mancha, una joven mancheguita de un andaluz se prendaba. La madre que se enteró salir sola no dejaba: “¿Por qué no me dejas sola si yo nunca he hecho nada?” Tienes sólo quince años y la vida está muy mala, siempre quiero verte alegre y no triste y enfadada. Tú también fuiste mayor y también fuiste casada, también tuviste dos hijos aunque en edad avanzada. Tu hermanito es muy pequeño y tienes que acariciarlo, pues yo estoy muy delicada y no voy a poder criarlo. La hija que la escuchaba con cariño y alegría, a la madre contestaba: “¡Eso es lo que quería!” La madre por fin cedió y a la hija acompañaron, un treinta y uno de julio en la Asunción se casaron. Pasaron muy pocos meses y la madre falleció, quedándole a su padre y al hermano que crió. Pasaron más de dos años y un seis de septiembre una estrella les llegaba. Cuando el padre fue a verla y en sus brazos la tenía, con ilusión la miraba y a su esposa le decía: ¡Que niña tan pequeñita ya tienes lo que querías! | Pasaron otros seis años y un tres de julio a la puerta le llamaban. Cuando salieron a abrir era un niño que lloraba. La madre que lo miraba lo cogió con mucha fuerza, y entregándoselo al padre “¡ya tenemos la pareja!” Después pasaron tres años otra vez embarazada, y un ventiseis de febrero la cigüeña les dejaba un angelito divino, que fue la alegría de la casa. A ese niño que crió un día casarse quiso, y al enterarse su padre: “ya puedo morir tranquilo”. De los tres hijos que tuvo el mediano se ha enamorado, de una joven madrileña y a Extremadura han marchado. El pequeño vive fuera aunque añora a sus hermanos, pero él está contento por haberse colocado. La niña quedó en el pueblo felizmente enamorada, y un venticuatro de junio en las Virtudes casaba. A la salida del templo y en el centro de la plaza, hubo arroz, petalos y traca que los amigos llevaban. De este joven matrimonio nacieron dos princesitas, que a tres casas alegraban. Esas princesas son nietas, llamadas María y Lara. |
6 de diciembre de 2009
Vida de una manchega
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Me gusta mucho los temas que tratas. Te animo a que sigas en esta línea ya que para ser una SEÑORA "de edad" (verás el sartenazo que me vas a dar), cumplir con todas las obligaciones de tu casa, ayudando siempre a quien lo precisa, todavía te quedan ganas de seguir aprendiendo y mejorando. NO CAMBIES.
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