18 de diciembre de 2009

Amigo, ¿dónde anidas?

Amigo, ¿dónde anidas?
Hoy me adentro en un bosque. Es de noche, no hay estrellas. Me paro, me apeo en el pensamiento de todo tu ser y hoy pienso en ti, amigo mío… ¿dónde anidas?...

Hoy salí de paseo meditando. Se me hizo de noche. En un bosque me encontraba. A pesar de ser bonito, todo mi cuerpo temblaba. No había sonido de pájaros. Entonces pensé en ti amigo, cuando solo me encontraba ¿dónde estás amigo mío? Te llamo y no me contestas. ¿Dónde has hecho tu nido? Con tantos ratos felices que pasamos siendo niños y ahora que te necesito me ignoras, me dejas en el camino. Te veo en mi pensamiento, te llevo en mi corazón, te llamo una y otra vez, pero no me contestas. ¿Dónde quedó esa amistad que tantos años tuvimos? Recuerda que de pequeños era nuestra ilusión subirnos a aquel pino y desde él contemplábamos carreteras y caminos y siempre estábamos alegres pensando en no separarnos para hacer en ese árbol nuestro pequeñito nido, para ser independientes, para hacer nuestros trabajos que en el colegio nos mandaban.

Allí no molestábamos a nadie, ni nadie nos molestaba. Leíamos nuestros libros, los que tanto nos gustaban. Allí pasábamos las horas en silencio esperando que llegaran aquellos felices sueños que tantas alegrías nos daban. Soñábamos con princesas, duendecillos y con hadas, con un lindo bosquecillo, lleno de animales y plantas, pues siempre en nuestros sueños los animales nos querían, las plantas nos perfumaban, los cervatillos saltaban, los peces nos observaban desde las aguas tan frías de aquellos riachuelos en los que nos bañábamos cada día.

Así fuimos muy felices hasta que al volvernos un día, el pino habían cortado, nuestro nido se perdió, nosotros nos separamos. Desde entonces te llamo pero no me contestas. Te busco y no te encuentro, te sueño y no te veo. Mi tristeza va aumentando sin esperanzas de vernos durante esos bonitos años y entonces me he preguntado días, semanas y años: amigo, ¿dónde está tu nido que no me quieres decir?

Aunque pasen muchos años, siempre te esperaré introducido en el bosque en el que tan felices fuimos y seguiré esperando encontrarte en un nuevo nido que no quieres enseñarme, para recordar la vida que tantas alegrías nos dio y tantos años vivimos. Amigo, dime por favor dónde has hecho tu nido, y entonces feliz seré por haberte encontrado y terminar en ese nido lo que juntos empezamos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Muchas gracias por su comentario.