25 de diciembre de 2009

Busca tu lugar

Busca tu lugar
Hoy escapo buscando mi lugar, un sitio de libertad, un acomodo a mi mundo, un espacio de sonrisas. Cuando todo falla y huimos, ¿siempre queda la familia?

Una vez una familia tuvo unos cuantos hijos. Todos eran muy felices a pesar de ser muy pobres. Todos iban al colegio y muchos amigos tenían. Los padres se llenaban de gozo cada vez que los miraban.

Los niños fueron creciendo y trabajo buscaron. A pesar de ser una familia muy grande todos están trabajando. Los padres contentos estaban por la suerte que tenían de todos estar trabajando. Así pasaron los años pero el pequeño, contento con su trabajo no estaba y un día dijo a sus padres que se quería marchar para recorrer mundo y así mejor trabajo encontrar.

Los padres se disgustaron pero al hijo le dio igual:
- Esto es un pueblo pequeño y los trabajos que hay no me gustan nada. Yo quiero otra cosas mejor.

Se despidió de los padres y también de sus hermanos:
- Ya os escribiré cuando esté bien colocado, les dijo.

La familia lo despidió con lágrimas en los ojos. El tiempo iba pasando y noticias no llegaban. Los padres se hacían mayores y de su hijo no sabían nada. Los padres se preguntaban:
- ¿Dónde estará nuestro hijo que buscando algo mejor un día marchó a otro lugar? Pues como un pájaro alegre, solo quería volar.

Buscando un sitio de libertad, un acomodo a su mundo, un sitio donde la sonrisa no falte, pero nos ponemos a pensar, si todo fallase, ¿qué sería de nosotros?

Cuando somos jóvenes no pensamos nada de lo que pudiese salirnos mal, sólo que lo pensamos y lo hacemos sin consecuencias ningunas y luego, cuando lo pasamos mal, nos acordamos de la familia y entonces en silencio nos preguntamos:
- Con lo bien que estaba en mi casa con mis padres y mis hermanos, que como fueron creciendo, todos ya se habrán casado y tendrán una familia… y ahora yo me pregunto, ¿qué será de mí?

Así que pensé un poquito y me puse a meditar:
- Si yo escribiese a mis padres, pues vivos espero que estén, creo que me acogerán de nuevo como el hijo pequeño que soy, pues todos en esta vida cometemos errores. Si ellos bien me recibiesen, contento volvería para estar siempre con ellos y con toda la familia.

Por fin me decidí a escribir una carta para pedirles perdón por no haber escrito antes dándoles noticias mías y así no hubiesen sufrido tanto en estos años de ausencia.
La carta recibieron y rápido me contestaron:
- Aquí tienes varias casas, la de tus padres y hermanos. Todos están ya casados y han formado una familia. Todos tienen varios hijos y unas esposas muy buenas así que no pierdas tiempo y vuelve rápido a casa que aquí te estaremos esperando.

Todos fueron a esperar a ese hermano pequeño que quiso un día volar en busca de un mundo nuevo, pero las cosas no salieron bien y tuvo que regresar a su pequeñito pueblo.
Allí por fin se casó y también construyó su nido. Allí tuvo a sus hijos y también fue muy feliz con sus padres, hermanos y sobrinos, con su esposa y sus tres pequeños niños.

Gracias por volver a acogerme.

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