18 de diciembre de 2009

Tarde de recuerdos

Tarde de recuerdos
Hoy, día diez de julio, ha sido una tarde para recordar mi juventud, pues estoy haciendo un curso sobre lectura, en el cual me encuentro muy a gusto. Los compañeros son fenomenales, agradables y cariñosos. Sobre la lectura que hacemos, cada uno de nosotros da una opinión sobre lo que ha leído, de toda su vida en común, de lo que quiso hacer de joven y por unas cosas u otras no pudo, pero a pesar de todo, cada uno es feliz a su manera. Y con esperanzas de algún día hacer algo de lo que antes no pudo y ahora sí.

En mi caso, por ejemplo, mi ilusión es viajar, ver cosas que antes no podía, por tener personas enfermas en casa. Luego los hijos, después a los padres mayores que había que cuidar… pero a pesar de todo, sonreía y era feliz. Los padres murieron, los hijos crecieron, estudiaron y hoy están trabajando en lo que les gusta. ¿Qué más puedo desear? Con paciencia y esperanza se alcanzan muchas cosas que tanto deseabas.

A pesar de estar el matrimonio ya solo, tenemos dialogo, cariño y comprensión, tres hijos estupendos y dos princesas preciosas que nos quieren con locura. Por fin llegó lo que tanto deseaba. Tenemos todo el tiempo para nosotros. Viajamos, dialogamos, bailamos, tenemos centenares de amigos para disfrutar lo que antes no pudimos. Por todo esto y mucho más, demos gracias a Dios, porque la espera ha valido la pena. Siempre con la sonrisa en la boca y siendo feliz cada uno a su manera.

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